Aprovechando la infiltración [Francis :3]

Salí con Francis de su habitación vestido como un alumno de la zona oscura, por lo que nadie pareció darse cuenta de que era un infiltrado. Eso si, la gente me miraba raro... probablemente era porque no les sonaba mi cara, o quizás porque me veían asustado e intimidado, que lo estaba, porque me daba miedo la gente de magia negra, excepto Francis, claro.

Paseábamos sin un rumbo fijo, en realidad me daba igual donde fuéramos, cualquier sitio estaba bien siempre que fuera con él... pero de todos modos se me ocurrió algún sitio donde sería interesante ir.

- Oye... ¿Teneis en la zona oscura a-alguna instalación que no haya en l-la zona de luz?

Sería interesante ir a algún sitio nuevo, y aprovechar que ahora podía estar en la zona de magos negros sin que me pillasen.

- P-pero no calabozos n-ni sala de t-torturas... h-ha ha, ¿s-sabes a qué me refiero...? C-creo que no me explico bien... -no, la palabra no era uno de mis dones.

El resto de los alumnos de la zona oscura miraban a Matt con desconfianza, normal, a él no le pegaba para nada parecer un mago oscuro, pero, ¿qué más daba?
Me preguntó si existía algún sitio diferente a la Zona de Luz, me quedé pensativo durante unos instantes hasta que su voz me entresaco de mis pensamientos.
No pude evitar soltar una carcajada ante su suposición.

- No te preocupes, jamás te llevaría a un lugar así. - dije sonriente - Podríamos ir al observatorio, dicen que es muy bonito, y no queda mucho para que anochezca.

Sin más que añadir me dirigí hasta el lugar, era una alta torra la cual empezamos a subir, al llegar arriba me quedé sorprendido por la belleza que emanaba aquel lugar, me hacía recordar en parte, a París.

Observatorio... sonaba bien, sonaba más que bien. Allí en la zona de luz no teníamos ningún observatorio, es una lástima, con lo interesante y bonito que debe de ser...

- Oh, ¿ tenéis observatorio? Q-que suerte... m-me gustará mucho verlo -dije con una sonrisa tímida.

Seguí a Francis hasta el observatorio, que estaba en lo alto de una torre.
Al llegar arriba me anonadé ante las bonitas vistas. Realmente jamás había visto algo así. El cielo se veía rojo a causa del anochecer, no pude evitar quedarme embobado.

- G-gracias por traerme aquí... e-es muy bonito -dije dedicándole una amplia sonrisa.

Contemplé como el sol se estaba poniendo, dejando paso a la noche.
Me sonrió y me agradeció que le hubiera traído a aquel lugar, negué con la cabeza.

- No es nada, supuse que te gustaría. Si esperamos un poco podremos ver las estrellas y la luna. - añadí con una sonrisa.

Me senté y miré al horizonte, observando como el sol cada vez irradiaba menos luz y dejaba paso a la larga noche.
Le invité a que se sentara a mi lado y contemplara el espectáculo que estaba a punto de comenzar.

- Si en la zona de luz no tenéis algo así, ¿entonces que tenéis? - pregunté con curiosidad.

Me senté junto a él y seguí contemplando el cielo, estaba realmente bonito.
Dirigí mi mirada hacia él cuando me preguntó qué teníamos en la zona de luz.

- Pues... l-lo más emocionante allí es... la biblioteca, supongo -dije algo pensativo.

Realmente allá no había nada demasiado interesante, ni nada comparado a esto... La zona oscura me parecía menos terrorífica de lo que pensaba antes de conocerla, yo me la imaginaba llena de utensilios de torturas, salas oscuras y tenebrosas y todo ese tipo de cosas que dan tanto miedo.

- Ojalá mi magia fuera negra... así podría estar aquí siempre y t-te vería todos los días...

Se sentó a mi lado y me comentó que la biblioteca era lo más interesante que tenían en su zona.

- Pues en ese caso prefiero un millón el observatorio. - dije riéndome levemente.

Me dijo que le gustaría ser alumno de magia negra por que de esa manera podríamos estar juntos todos los días.

- Bueno, no te preocupes por eso, a la larga conseguimos estar juntos todos los días - dije sonriendo.

Miré otra vez al cielo el cual ya estaba estrellado y la luna brillaba con luz propia, aquello me parecía muy bonito y al no haber contaminación lumínica en aquel lugar se apreciaban las constelaciones.
Apareció en el cielo una estrella fugaz.

- ¡Rápido pide un deseo!

Cerré los ojos y así lo hice, no creía realmente en esas cosas, pero, ¿quién no te quita la ilusión de pensar que se haga realidad?

Sonreí y volví a observar el cielo, las estrellas se veían perfectamente, jamás las había visto así de bien. Una estrella fugaz apareció, casi ni me percaté pues estaba muy embobado, pero Francis me dijo que pidiera un deseo, eso me hizo reaccionar. Ni si quiera sabía que en estos casos se podía pedir un deseo, jamás me lo habían dicho.
Me concentré pensando en un deseo, soy muy indeciso, sobretodo para esas cosas.

- ¿C-cuanto tiempo c-como máximo puede pasar desde que se ve la estrella para que el deseo sea válido? ¿Cómo hay que p-pedirlo?

Me sentí estúpido y me sonrojé, probablemente pensaría que soy tonto o algo así... Pero es que no podía evitar tener dudas ante cualquier situación aparentemente normal, al fin y al cabo no estaba familiarizado con la sociedad y sus costumbres.

Me preguntó cuanto tiempo había que esperar hasta que el deseo se cumpliese.

- Depende de la intensidad con lo que lo desees. - dije sonriendo.

Le miré durante unos instantes y me acerqué a él, rodeándole con los brazos y acariciándole el pelo.
La inmensidad de la noche nos protegía del posible riesgo de que nos pillasen.

- Si el tiempo quisiera pararse en este instante... Para poder pasarme la vida contemplándote... - añadí con una sonrisa.

Le besé en la frente suavemente y le estreché aún más contra mí. Quería que después de todo lo que había sufrido se sintiese bien a mi lado, era lo mínimo que podía hacer por alguien así, tan importante para mí.

Mis mejillas se tornaron totalmente rojas cuando de pronto me rodeó con los brazos. Sonreí tímidamente cuando me dijo aquello y me besó en la frente. Le abracé yo también, realmente me sentía muy bien así.

- Q-que bonito es eso que has dicho -dije sonriéndole.

Me atreví a darle un beso en la mejilla, aunque me daba mucha vergüenza y me puse como un tomate.

- Ojalá pudiera estar así siempre, contigo.

Estaba que no podía conmigo de la vergüenza que sentía, para que no viera mi colorada cara la hundí en su hombro, y le abracé con más fuerza.

Hundió la cabeza en mi hombro avergonzado y colorado, esa era una de las cosas que más me gustaban de él, que fuera de aquella manera.
Tomé su cara entre mis manos y le miré sonriente.

- ¿Y quién te ha dicho que no vaya a ser así? Solo hay que esperar unos años y ya verás como lo demás sigue su curso.

Acaricié dulcemente su cara y le besé en los labios, acariciándole a su vez el pelo por detrás.
Me separé y le miré con ternura.

- Te quiero y el filamento es testigo. - añadí con una sonrisa.

- E-esperaré lo que haga falta para poder estar juntos sin t-tener que ocultarnos...

Le miré sonriente y aún ruborizado cuando me besó. Me sentía muy feliz cuando me besaba, me acariciaba y me decía que me quería.

- Y-yo también te q-quiero, más que a nada.

Le abracé por el cuello y con timidez e inseguridad me fui acercando a sus labios hasta atreverme al fin a besarlos.
Le fui estrechando más fuerte, intentando hacerle frente a mi vergüenza.

Correspondió a mi "te quiero" con un "yo también". Sonreí de medio lado y se me abrazó al cuello, acercándose lentamente a mis labios. Por una vez dejé que fuera él quien acabara de presionarlos con los míos.
Continué el beso acariciándole la cara y el pelo. Así como abrazándole con fuerza contra mí.

Cuando me separé le miré dulcemente sin dejar de acariciarle la cara.

- ¿Puedo hacer una cosa? - dije con curiosidad mirándole a los ojos.

Antes de obtener respuesta alguna le quité las gafas y le miré con detenimiento.

- Estás mucho más guapo sin ellas... - dije levemente ruborizado al verle de una menera que no estaba acostumbrado.

Mi vista se torno borrosa cuando me quitó las gafas, aunque no me importó. Abrí bien los ojos y le miré sonriendo con timidez, me daba vergüenza lo que me dijo, que estaba mucho más guapo sin gafas.

- ¿T-tú c-crees? Yo sin ellas m-me veo raro... -dije algo nervioso y sonrojado.

Como no podía ver muy bien, localicé su cara con mis manos, que temblaban ligeramente. Estaba haciendo un esfuerzo por superar mi timidez, me lo había propuesto a mi mismo.

- ¿S-sabes? T-t-tú... m-m-me gustas m-mucho... -dije tartamudeando y con el tono de voz cada vez más bajo- Eresunapersonamuyatractiva -añadí y sin separar palabras, aquello me costaba mucho, pero debía de hacer un intento por superar la timidez.

Examiné cada uno de los rasgos de su cara, sus ojos lucían mucho más bonitos sin las gafas.
Me tomó la cara y dijo que yo le gustaba mucho, no pude evitar sonreír. Sin embargo luego continuó diciendo que yo le resultaba una persona muy atractiva, me sorprendí con aquel comentario, nadie antes me había dicho algo así...

- ¿Tú crees...? No creo que sea para tanto. - dije riendo nerviosamente.

Por simple curiosidad me puse yo sus gafas con las que veía realmente mal.

- ¿Me hacen más intelectual? - pregunté con una risa burlona.

Se puso mis gafas y preguntó si le hacían más intelectual. La verdad, se veía muy guapo con gafas, parecía el típico hombre serio.

- Haha, si, t-te hacen m-más sexy.

Dije aquello sin pensar. Inmediatamente me tapé la boca y me puse como un tomate. Esa palabra se la había oído decir a mi hermano tantas veces que ahora la había usado sin darme cuenta, que vergüenza...

- E-es d-decir e-em... ¡l-lo siento, m-mi hermano m-me pega s-sus palabras...! -dije nervioso.

Le miré atónito en cuanto me calificó como "sexy".
Después ante su nerviosismo sonreí, acompañado de una mirada curiosa.

- ¿Así que tienes un hermano? No sabía nada... - dije.

Le devolví las gafas y se las puse en la cara acompañado de un beso en la frente.

- ¿Y está en este instituto también? Si es así es que no lo he visto. - le miré sonriendo - Yo para mi desgracia o suerte, depende desde dónde queramos verlo, fui hijo único.

Por suerte, no le dio mucha importancia a que le hubiera llamado sexy y se centró en el tema de mi hermano. Eso me hizo tranquilizarme y mi cara volvió a tomar un tono más normal.

- S-si... es mi hermano g-gemelo, va a mi misma clase.

Dijo que no lo había visto, quien sabe... quizás si lo vio y lo confundió conmigo. Aunque prefería que no se conocieran, no me gustaría saber la reacción de mi hermano si se enterase de que salgo con alguien tan mayor, y de magia negra además... es demasiado sobreprotector.

- Ah, n-no tienes hermanos... b-bueno, a veces eso es una ventaja, los hermanos pueden llegar a ser muy... pesados, sobretodo el mío.

Escuché con atención de lo que me hablaba.

- ¿Gemelos? Bah, seguro que existe alguna diferencia, apuesto a que él no es tan mono como tú~ - dije sonriéndole y acariciándole la cabeza.

Le miré con detalle y puse gesto pensativo.

- Quizás con la ropa igual, el mismo pelo... Me pensaría quién es quién, pero aún así, seguro que tu hermano no tiene nada que ver contigo.

Volví a mirar el cielo estrellado, el cual brillaba con intensidad ahora, estreché a Matt junto a mí mientras le sonreía.

- Y bueno, eso de que todos los hermanos son pesados... No puedo opinar. - dije, añadiendo una pequeña risa.

Sonreí cuando me dijo que mi hermano no sería tan mono como yo, puede que en eso tuviese razón.

- P-puede que si... aunque yo más bien diría que él parece más em... hombre que yo -dije bajando la mirada, realmente sentía algo de envidia hacia mi hermano- A pesar de ser gemelos él es alto y fuerte, no como yo... pero aún así nos confunden.

Me volvió a estrechar, y yo hice lo mismo y me quedé mirándole con una sonrisa en mi cara.

- Te aseguro que si, son pesados -dije riendo levemente- P-pero a pesar de eso... s-supongo que es un buen amigo.

- Bueno, que tu hermano sea más alto y fuerte... Eso no quita el hecho de que tú seas mucho más mono, y eso que a tu hermano no lo conozco, pero sé que estoy en lo correcto.

Me levanté y me acerqué al borde de la azotea, me senté en el borde y miré al cielo.

- Doy fe de que no tenéis que ver nada el uno con el otro en cuanto a personalidad se trata.

Alcé una mano y le invité a que se acercase, tendiéndosela para que la tomase.

Me acerqué a él y le tomé la mano que me tendió mientras le sonreía.

- En la personalidad n-no nos parecemos para nada... Él es v-valiente, seguro de si mismo y muy extravertido, mientras que yo soy todo lo contrario.

Bajé algo la mirada un poco triste, pensando en lo genial o "guay", como decía él, que era mi hermano en comparación conmigo.

- A veces desearía p-poder ser un poco más como él...

Tomó mi mano y yo lo atraje hacia a mí abrazándole.

- No tienes por qué intentar parecerte a nadie... Para mí eres perfecto así y no te quiero de ninguna otra manera.

Le miré sonriente y le besé en la frente.

- Si trataras de cambiar o parecerte a tu hermano, no serías mi Matt de siempre.

Le cogí en brazos y le senté sobre mis piernas, de medio lado sin dejar de abrazarlo.

- Mon Matthieu~ - dije a la francesa con una sonrisa dibujada.

Correspondí a su abrazo, muy contento por lo que acababa de decir. Él me quería exactamente como era, al pensar eso no podía evitar sonreír.
De pronto me cogió en brazos y me sentó sobre sus piernas, le abracé con fuerza y me sonrojé, sobretodo cuando dijo "mon matthieu", me gustaba esa pronunciación de mi nombre.

- E-entonces... ¿n-no te importa que sea demasiado inseguro, v-vergonzoso y cortito...? -dije mirándole con las mejillas sonrojadas.

Sonreí en cuanto escuché todos aquellos calificativos.

- Por supuesto que no, eres mucho mejor que eso.

Miré al cielo de nuevo y se me ocurrió algo que decirle.

- Eres, incluso mejor que todas las estrellas existentes en el universo juntas. - le miré sonriente. - Irradias mucha más luz.

Le acaricié el pelo y le besé en la frente una vez más, bajé por sus párpados hasta encontrarme con sus labios.

Abrí bien los ojos cuando me dijo aquello tan bonito, realmente me había emocionado. Le dediqué una sonrisa mientras me acariciaba el pelo y me besó, correspondí abrazándole más fuerte.

- Q-que bonito es eso que has dicho -dije con una sonrisa- Nunca pensé que alguien me pudiera decir algo así.

Le di un tímido y breve beso y escondí mi sonrojada cara en su hombro.

- Muchas gracias, m-me haces muy feliz...