No se donde me meto [Francis Bonnefoy]

Me encontraba en un especie de jardín raro... muy raro. Yo solo quería pasear un poco por el exterior, no me agradaba estar tanto tiempo dentro del edificio. Al ver este bonito jardín decidí entrar a dar una vuelta... ¡a que mala hora! Quizás sea por la inmensidad de este sitio que me he acabado perdiendo.
"Vaya jardín... más bien parece un laberinto..."

Tras andar durante al menos una hora, acabé cansado y desesperado. Tenía la sensación de que cada vez estaba más perdido. Oh no... ahora moriría allí, olvidado... ¡que cruel! No, si en el fondo sabía que tanto pasar desapercibido acabaría de forma trágica.
Pensar todo eso no me ayudaba, me hubiera gustado tener a mi oso de peluche allí para abrazarlo, siempre me tranquilizaba. Me encogí en un rincón y tristemente me resigné a mi destino.

Me encontraba, bajo la orden del director, patrullando por el laberinto por si a algun alumno despistado le había dado por meterse allí. Caminé por varios caminos, por suerte conocía todas las posibles salidas de aquel lugar.

Seguí caminando hasta doblar una esquina y ver a lo lejos una pequeña sombra de lo que parecía un chico encogido. Me acerqué lentamente, parecía asustado, y como pude comprobar era alumno del instituto.

- Eh, chico, ¿te encuentras bien? - dije tendiéndole la mano para que la tomara.

No podía verle la cara solo su corto cabello con un simpático rizo sobresaliendo de él.

Aunque no quería, ya había comenzado a llorar... Bah, que importa, iba a morir ¿por qué avergonzarse de llorar en un momento como este? Así pues, dejé vía libre a mis lágrimas.
Oí una voz cerca de mi. Me sobresalté y alcé la vista, observé con mis ojos llorosos a un hombre desconocido, rubio, alto y más mayor que yo. Sentí que aquel tipo era mi salvación, ¡quizás no moriría allí!
Me quedé algo anonadado, mirándole sin decir nada. Luego, le tomé de la mano y me levanté. Debido al miedo, me abracé a su brazo con fuerza y escondí la cara en su hombro mientras seguía llorando.

Alzó la vista y pude comprobar que estaba llorando. Tenía una expresión tremendamente bella en su rostro... Sus ojos azules parecían resaltar ahora más debido a las lágrimas que no paraban de recorrer sus mejillas. También pude comprobar que usaba gafas.

Se cogió de improviso a mi brazo y me quedé bastante sorprendido.

- E-eh... ¿Te encuentras bien? ¿Te ha pasado algo?

Acerqué mis manos a sus hombros poniéndole enfrente mío, tampoco quería presionarle demasiado, quizás solo se trataba del miedo que había pasado ahí solo.

Alcé una de mis manos a su cabello, acariciándolo levemente, no le conocía de nada, pero sentía la necesidad de hacerlo y consolarle.

- Debes de haber pasado un buen susto... Ya pasó, ya estás a salvo.

Cuando posó sus manos sobre mis hombros y le miré a la cara, me tranquilicé algo más y logré dejar de llorar. Me quedé embobado mirándole, no sabía quien era pero sentía que debía agradecer su llegada... ahora ya no moriría olvidado.

- E-estoy bien... e-es que m-me había perdido... -dije tartamudeando, aún no me había recuperado del susto, y además sentía vergüenza de que me hubiera visto en este estado.

Cuando ya me había conseguido relajar lo suficiente, aquel hombre me tocó el pelo. Un escalofrío me sacudió de la cabeza a los pies, pues al tocarme el cabello pasó su mano por el rizo que sobresalía de mi cabeza... un rizo que procuraba no tocar ya que me causaba sensaciones un tanto... violentas.
Me puse rojo como un tomate e impulsivamente me abalancé sobre él. Ese tipo de impulsos inconscientes eran normales en mi cuando alguien me tocaba el ricito.

Volví a sorprenderme demasiado al ver como aquel chico se abalanzaba sobre mí, no pude mantener el equilibro y caí al suelo, con él encima.

Me golpeé la cabeza levemente y alcé la vista comprobando que el estaba encima de mí... Me quedé ausente pensando que hacer pero no conseguía raccionar, mi mente se encontraba ausente.

Cuando me di cuenta de la situación me di cuenta de que una de mis manos estaba sobre su trasero. La aparté rápidamente al darme cuenta.

- Perdona... - dije tratando de incorporarme. - ¿Estás bien? - añadí intentando ignorar lo que acababa de ocurrir...

Debido al impulso ambos caímos al suelo. Yo me encontraba sobre él, abrazándole con fuerza. Cuando volví en mi, me puse bastante nervioso y avergonzado por la situación.
Entonces, sentí algo en mi trasero... era ese hombre, me estaba... metiendo mano. Me sorprendí y me puse más nervioso. Enseguida me quité de encima suyo y me ajusté las gafas, bajando la cabeza totalmente sonrojado.

- E-e-estoy b-bi... e-eh... -intenté hablar, pero a penas me salían las palabras- ¡m-m-me has metido m-mano!

Me levanté a su vez. sacudiendo la camisa por si se había manchado de alguna hoja o algo. Estaba concentrado en la tarea hasta que me dijo que le había metido mano... Le miré perplejo, aquel malentendido se había convertido en algo que no era.

- Yo no he hecho tal cosa... Ha sido por culpa de la caida que mis manos estuvieran ahí. - añadí mirando a otro lado algo molesto. - No era mi intención...

Giré la cabeza, poniéndome en marcha una vez más.

- Espero que no te vuelvas a perder...

Aquel hombre pareció molestarse cuando dije eso de meterme mano, se giró y comenzó a caminar. Quizás fuera cierto y todo eso haya sido un malentendido... soy propenso a sacar conclusiones precipitadas.
Miré algo triste cómo se marchaba y entonces reaccioné, no podía quedarme allí solo, ¡volvería a caber la posibilidad de que muriese olvidado!
Rápidamente corrí hacia su lado y le miré algo sonrojado.

- P-perdona... e-estaba nervioso y no sabía... l-lo que decía... -bajé la cabeza, avergonzado- ¿P-puedo ir contigo...? No quiero quedarme aquí s-solo...

Asentí levemente con la cabeza, no me había gustado de todas maneras mi comportamiento con aquel chico.

Esperé a que se reuniera conmigo. Mientras se acercaba, observé su rostro, la verdad es que tenía unos rasgos muy bellos... Al pensar aquello giré la cabeza rápidamente intentando comportarme con normalidad.

- Ah... Mis modales... - dije sonriendo de medio lado - Me llamo Francis, Francis Bonnefoy. - hice una pequeña pausa para volver a mirarle.

Casi sin darme cuenta había empezado a caminar y estaba más concentrado en la persona que estaba a mi lado que en salir de aquel laberinto...

Cuando le vi sonreír me quedé más tranquilo, pues supe que ya no estaba molesto. Sonreí también, con algo de timidez y ligeramente sonrojado.

- M-matthew Williams... encantado -dije sin dejar de mirarle, caminando junto a él.

Me alegraba haberme encontrado con alguien en aquel jardín raro, no tenía la certeza de que él supiera salir de allí, pero más vale eso que estar solo, así al menos no me sentiría tan asustado.

- B-bueno... y sabes como salir de a... -no llegué a acabar la frase, debido a que iba todo el rato mirándole y no prestaba atención por donde pisaba me tropecé con alguna planta y acabé en el suelo. Caí de rodillas, pero no pude apoyar mis manos en el suelo por tanto me golpeé la cara. ((por si no ha quedado claro: pose de culo en pompa 8D -no, no es una indirecta (?)- ))

Matthew... Un nombre que realmente me recordaba demasiado a mi añorada Francia. Era un nombre que me gustaba mucho...

Iba a desponerse a decirme algo pero vi como tropezó, no me dio tiempo a cogerle antes de que impactara contra el suelo en una pose un tanto... Sugerente.

- ¿E-estás bien? - dije yendo donde él a socorrerle...

No podía evitar que los ojos se me fueran a su... trasero que tenía practicamente hacía arriba... Intenté desviar la mirada a otro lado, de nuevo a su cara, la cual tomé entre mis manos puesto que posiblemente se había hecho daño en la barbilla debido al impacto. Le ayudé a que se sentará.

No entendía por qué pero notaba que mis mejillas estaban levemente sonrojadas y notaba algo salir de mi nariz...

(Oops, nosebleed. 8D)

Tras mi patética caída me sentí aún más avergonzado, primero me ve llorar, luego le acuso de meterme mano, y ahora me ve cayendo ridículamente...
Vino a socorrerme, me tomó la cara y me ayudó a sentarme. Me dolía bastante el golpe, pero intenté no quejarme mucho y me aguanté las lágrimas, ya era suficientemente vergonzoso todo aquello.

- G-gracias... e-estoy bien -dije en voz baja- ... ¿y m-mis gafas?

Debido a la caída mis gafas se cayeron, comencé a palparlo todo, incluyendo al chico ((lo dejo a tu imaginación 8D)), para situarme y buscar las gafas. Cuando palpaba lo que parecía ser su cara, toqué un especie de líquido ((jo, esto es muy malpensable xDD)), me acerqué los dedos más a los ojos y vi que ese líquido era ((blanco, que noooo... xDD)) rojo... ¡sangre!

- ¡S-sangre...! ¿Te s-sucede algo? -dije con preocupación.

Empezó a palparme, quizás en busca de algo, le miré a la cara y comprobé que no tenía las gafas puestas lo cual hacía sus ojos aun más bellos. Palpó absolutamente cada parte de mi cuerpo, incluso... Una zona un tanto peligrosa. La situación me daba bastante vergüenza, me mordí el labio inferior para que no sospechase nada.

Dejé que siguiese hasta que acabó en mi cara, tomando algo que sobresalía de ella. Según el se trataba de sangre. Me llevé la mano a mi nariz y comprobé que sí que era sangre... Quizás se debía a todas las emociones que había sufrido mi cuerpo en los últimos minutos...

- No es nada... - dije sacando un pañuelo de mi abrigo y limpiándome la nariz.

A continuación recorrí el lugar en busca de sus gafas hasta que las localicé y se las puse en la cara.

Francis me colocó las gafas, menos mal... yo solo no me veía capaz de encontrarlas. Las toqué suavemente, comprobando que estuvieran en buen estado.

- G-gracias -dije dedicándole una tímida sonrisa- Y perdona mi t-torpeza...

Me acerqué más a él, concretamente a su cara, para ver si estaba bien por lo de su sangre, que todavía no sabía muy bien de donde procedía.

- ¿S-seguro que no es nada? -pregunté, mirándole lastimeramente, sin ser consciente de la poca distancia que nos separaba.

Me quedé unos instantes observando su cara a pocos centímetros de la mía.
Realmente estaba hecho un lio, demasiadas emociones en los últimos dos minutos me impulsaban a hacer cosas que realmente no quería hacer.

- N-no es nada... - dije entrecortadamente, sin dejar de apartar mi vista de su cara que seguía estando a pocos centímetros.

Impulsivamente, cogí su cara con ambas manos, depositando sobre sus labios un breve, pero apasionado beso.
Bien, sabía que acababa de romper las normas, pero aun así, no me importaba, ir contra las normas era mucho más divertido.
Giré mi cabeza tras breve istante, mirando completamente a otro lado mientras volvía a coger el pañuelo y pasarmelo por la nariz, la cual no sangraba ya. Tampoco me atrevía a mirar el chico, quien seguramente ahora se iría corriendo queriendo no saber más de mí.

Cuando me di cuenta de la cercanía de nuestros rostros ya era demasiado tarde. Inesperadamente aquel hombre tomó mi cara y me robó mi primer beso. Aquello me tomó de improvisto, me sorprendí y puse los ojos como platos, mi cara se torno roja como un tomate... me sentía nervioso pues nunca me habían besado, y tampoco imaginé que mi primer beso fuera a ser algo así, y con un desconocido...
Aún así, cerré los ojos e intenté seguir aquel beso a pesar de mi inexperiencia.

Cuando se separó de mi, me quedé petrificado, no me moví ni un centímetro, estaba demasiado nervioso.
De repente reaccioné, me tapé la boca rápidamente y miré al chico, aún como un tomate.

- ¡¿Po-po-po-por qué has hecho e-e-eso?!

Giré la cabeza para mirar a aquel chico cuya cara estaba completamente roja, deposité mi dedo índice sobre sus labios. Seguramente ahora me odiaba, por robarle un beso, y quien sabe si no era su primer beso.

- Sé que es demasiado precipitado... Pero no he podido evitar hacerlo.

Deslicé la mano que tenía sobre sus labios por el perfil de su cara.

- Pero los rasgos de tu cara me incitaban a hacerlo.

Aparté la mano de su cara y me levanté de su lado. Dandole la espalda, y mirando a un sitio indefinido.

- Siento haberte hecho pasar este mal rato... - añadí metiendo las manos en mis bolsillos.

Cuando el dedo sobre mis labios y lo deslizó por mi cara, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Le miré anonadado mientras me decía la causa por la cual me besó. ¿Los rasgos de mi cara? ¿Acaso mi cara le gustaba...? Pensar en ello me hizo ruborizarme, bajé la cabeza avergonzado y algo emocionado.
Quizás debería de sentirme enfadado por ese tipo de comportamiento, sin embargo no podía enfadarme...

Me levanté y le di un pequeño tirón en la camisa para captar su atención.

- N-no pasa nada... -dije mirando al suelo aún- n-no ha... n-no ha sido malo... y-yo en realidad... -le miré por fin, completamente ruborizado- ha sido agradable...

No podía creer lo que acababa de decir, comencé a temblar ligeramente a causa de los nervios, mi nivel de vergüenza estaba alcanzando niveles que ni siquiera yo sabía que existían.

- P-pero yo nunca he... y-y como no se... m-me pilló d-de sorp-presa... -ya comencé a delirar, los nervios me traicionaban- pero a-aun así... t-tus labios saben b-bien... y-y c-claro como... ahaha...

Oh cielos, la de tonterías que estaba soltando en un momento, deseaba que la tierra me tragase...

Tiró de mi camisa con suavidad para captar mi atención. Giré la cabeza para mirarle y noté que estaba cabizbajo y completamente ruborizado. Le escuché con atención y sonreí de medio lado. No le conocía de nada, pero creía que ya lo sabía todo sobre él, y había realmente algo en su persona que me gustaba demasiado.

Me giré completamente, y puse ambas manos sobre sus hombros. Con suerte con aquel pequeño roce el levantaría la cabeza. Así hizo, alzó su cabeza para mirarme.

- No te conozco de nada, pero siento como si no fuera la primera vez que te he visto y como si te conociera de toda la vida - sonreí - Es como si fueras el sueño el cual he estado esperando toda mi vida.

Pronunciadas estas palabras, volví a darle otro beso, esta vez más prolongado, intentando que se acostumbrase aquello.
Dejé que mis manos se deslizaran por sus brazos, hasta su cintura, a partir de ella la abracé con fuerza atrayéndole algo más hacía mí.
Una vez me quedé sin aire, me separé de su cara y sonreí con dulzura. Tomé sus manos con ternura, mirándole a los ojos.

Al oír aquellas bonitas palabras, me sentí como flotando en una nube, nunca me había sentido de aquella manera... Lo más sensato hubiera sido no creerle, pues a penas le conocía, pero yo era más feliz creyendo aquellas palabras, me sentía bien así, además era la primera vez que alguien se fijaba en mí.
Sonreí tímidamente, intentado exteriorizar la alegría y emoción que sentía.

Tras decirme aquello, me volvió a besar. Me puse bastante nervioso, pero aún así correspondí al beso pasando mis manos por su torso y agarrándole de la camisa. Me cogió de la cadera y yo simplemente me dejé llevar por él. Aquel beso fue largo, cuando nos separamos intenté recuperar el aire, no estaba acostumbrado a ese tipo de cosas. Me tomó las manos y le miré bastante ruborizado.

- Esto es... r-raro... -dije con voz débil- nos acabamos de c-conocer... pero... a-aún así...

Mis ojos inesperadamente comenzaron a llenarse de lágrimas, probablemente por tantas emociones juntas. Le miré con ojos llorosos.

- G-gracias... -dije con una leve sonrisa.

Apoyé mi frente contra la de él, sonriendo.
Precisamente todo aquello había terminado como yo quería, sentía cierto capricho por ese chico, pero no llegaba a corresponderle de aquella manera, de lo que parecía apreciarme él a mí ahora.

Aparté sus lagrimas, estrechandole fuerte y abrazandole.

- Sé a qué te refieres, no nos conocemos de nada pero eres el mundo por el que llevo esperando tanto tiempo. No sé nada sobre tí, pero creo saberlo todo.

Seguir con aquella farsa me resultaría divertido, un capricho a mi merced y sin esfuerzo alguno.

No debía de creerle, debía de ser racional, a penas nos conocíamos... Ese tipo de argumentos me los repetía una y otra vez, intentando que despertase en mi mi parte sensata. Sin embargo me dejé cautivar por él, sus palabras eran como música que me hacía sentirme flotando.
Correspondí al abrazo tiernamente y comencé a sentir la necesidad de pegarme cada vez más a él, como si de un imán se tratase.
Le estreché más fuertemente e incoscientemente me fui pegando cada vez más a él, hundiendo la cabeza en su hombro y entrelazando nuestras piernas. Una parte de mi me decía que parase, pero no podía, estaba como perdiendo mi voluntad... además, me sentía bien, como nunca antes me había sentido.

Noté como cada vez estaba más cerca de mí.
Pegandose más a mi cuerpo, entrelazando sus piernas con las mías...
Sentía cada vez más la necesidad de dejar de controlarme, pero aun así hacer eso sería violar las normas (y no lo único que se violase 8DU).
Empecé a perder las maneras así como me dejaba evadir por las emociones.
Cogí una vez más su cara entre mís manos, besandole una vez más, pero esta vez de forma diferente, me abrí paso entre sus labios, consiguiendo introducir la lengua en aquel beso, suavemente, lentamente, intentando que él se acostumbrara a aquella situación.
Mientras le besaba, bajé una de las manos hasta su trasero, sobándolo suavemente. Con la otra, le acaricié las mejillas para que no se diera demasiada cuenta en este último detalle.

Me puse más nervioso cuando comenzó a besarme con lengua, si no sabía besar aún menos sabía hacerlo con lengua. Aún así intenté seguirle el beso, torpemente eso si, y con mucha vergüenza.
Sentí su mano sobre mi trasero, me sobresalté algo, pero no me importó realmente. De hecho, nada de lo que hacía me importaba realmente, sentía como si todo lo que tuviera que hacer fuera dejarme llevar, aunque mi parte racional me decía lo contrario, mi cuerpo me pedía permanecer junto a aquel desconocido.
Le abracé con fuerza por el cuello, atrayéndole más hacia mí. Me separé cuando sentí que me quedaba completamente sin aire y le miré, estaba totalmente sonrojado e inseguro.
- ¿N-no crees... q-que vamos un poco r-rápido?