Gimnasio bonito~ ¿Que sorpresa me darás hoy? [Ven Yuneko, ven! xDD]

Un día plagado de una luz deslumbrante: El sol se había alzado. Que calor. No tengo ganas de hacer nada. Sobretodo en estas épocas dónde el sol está en su máximo esplendor. Pero entonces...¿Se puede saber que hago el gimnasio? Hoy no tendré ninguna clase aquí. La verdad, desde que vine aquí han ocurrido pocos sucesos intrigantes desde aquella lucha en la biblioteca. Me pregunto que habrá pasado con aquella alumna...
Ah! No es tiempo de pensar en eso. Me aproximé al gimnasio con una botella de agua en la mano. Elemental para no sufrir calor. Silencio dentro del gimnasio. No hay nadie. Vaya, no era de extrañar...
Sin embargo, aquel silencio poco duró. Empecé a oír un maullido de un gato que parecía haberse chocado con algo. Suspiré. ¿Otra vez felinos? Será aquella chica de nuevo?
Así fue cuando rodeé el gimnasio hasta pasar por los vestuarios. Parecía ser que se encontraba en los vestuarios masculinos... Yo no quiero ser pervertida! Pero los animales están prohibidos. Que manía....además, tampoco parecía haber nadie. Entré a esos vestuarios con mucha cautela, no quisiera ser descubierta. Pero como bien pensé, estaban desiertas. Conseguí divisar a un pequeño gato con manchas desde un banquillo... Oh, estaba solo.

-Ven aquí gatito, no voy a hacerte nada..., - intenté llamarlo. La verdad, era bastante bonito.

Colarme en el laboratorio a investigar parecía una buena idea en el momento. Mientras inspeccionaba un frasco lleno con una sustancia extraña, oí un ruido fuera. No quería problemas por el momento, asique sin pensarlo dos veces, escapé corriendo, sin ni siquiera ver si había un profesor fuera o no.
Corriendo sin rumbo fijo, me di cuenta de que el frasco seguía en mi mano. Al darme cuenta lo escondí bajo mi camisa y me dirigí a el lugar escondido más cercano, que en el momento era el gimnasio.
Me dejé caer sobre el banquillo y saqué el frasco para inspeccionarlo. Mejor que me deshiciera de él.
Estaba a punto de tirarlo por el retrete, pero mi curiosidad ganó. Bebería un poco y me desharía del resto. No me podía morir con tan poco. En retrospectiva, la frase apropiada es 'La curiosidad mató al gato'
Un sorbó bastó para que me marease. Me caí al suelo, rompiendo el frasco con la caida. Ya la había liado bien. Enhorabuena Lavi. Iba a levantarme a recogerlo antes de que fuera tarde cuando me caí dentro de mi camiseta. No estoy seguro que pasó, pero eso parecía. En vez de salirme una queja, me salió un maullido.
Vamos a ahorraronos esta parte. Me había transformado en gato.
No sé cuanto tiempo había estado pasando pánico sentado en el banquillo cuando pasó lo peor. Ahora habia entrado alguien y me había visto. Con una agilidad muy mejorada, di un par de brincos para escpar por la ventana. Desgraciadamente, no controlaba bien mi cuerpo y choque contra la pared en mi salto decisivo. Además, caí de espaldas, no de pie.
Lo sé, soy un gato pésimo.