Deslizándose suavemente, entró al gran templo...

Me dirigí lentamente hacia el templo, el cielo estaba cubierto de nubes que casi lograban tapar la luz del sol. Me daba la sensación de que si entraba en el templo me pasaría algo malo, pero no estaba en lo correcto: aun ni habia entrado cuando tropecé con uno de los escalones. Casi caí, pero pude recobrar el equilibrio, por suerte.
Ya era por pura curiosidad que entré allí, y vi la figura de una chica apoyada en la pared.

- Buenas tardes. - dije parándome detrás de ella. - ¿Te ocurre algo? - parecía alicaída.

El lugar estaba tan vacío que no hizo falta oir la voz de alguien para saber que no estaba sola. Asi que, en cuanto unos pasos resonaron en el templo, Trece giró la cabeza con parsimonia, deteniéndose a mirar fijamente a la chica que acababa de llegar.

Ella era su primer contacto con la gente de por allí, asi que se quedó quieta, sin apartar la mirada, analizándola. Parpadeó. Estaba tan aburrida que decidió analizar también sus reacciones, con lo que se giró de nuevo para mirar la ventana. Ignorándola completamente. Desde luego no había posibilidad de "no te he visto" ergo "no contesto". Simplemente estaba pasando de ella olímpicamente. O eso es lo que parecía, porque en verdad estaba atenta a su respuesta, mirando el reflejo de la chica en el cristal. Dejó pasar varios minutos, antes de abrir la boca para contestar

-No te importa -.No, ni si quiera la miró. Directamente. Porque seguía, a través de la ventana, observándola a la espera de algún tipo de reacción. Dispuesta a analizarla.

(Uuuy esto está muy muerto...vamos a reavivarlo un poco ya que es tema libre~)

Entro con su típico aire de "yo soy mejor que los demás, y debo hacerlo notar" en el templo. no dijo nada, tan sólo mostraba una gran sonrisa vanidosa detrás de unas grandes gafas de sol que realmente no eran más que una ilusión mágica hecha para que se desvanecieran, puro efecto cinematográfico realmente. Ni sabía ni le improtaba qué seres morasen detrás de las frías e inexpresivas paredes de aquel templo...sólo quería matar el tiempo.

- Preciosa, -dijo con tono de galán- ¿tus papis no te han enseñado que es de mala educación mirar por una ventana mientras hablas? -pasó a un tono burlesco.

A juzgar por cómo observaba todo con ojos nuevos, debía ser una alumna de primer año. Su uniforme negro todavía era tan elegante como cuando lo tejieron, no se empezaron a aflojar costuras o botones...aunque pecaba de contradecir su pálida piel y su dorado cabello. Siguió observando a Hel como si quisiera decirle "adelante maga negra, desata tu furia oscura".

Empezó a avanzar dando golpes con su bastón, como hace un anciano sabio con su cetro. Miraba a todos lados y hasta se tumbó en un banco.

- Uuh, qué cómodo es esto -dijo irónico- pena me dan los sin techo que se alojan aquí -soltó una ligera carcajada mientras señalaba con la vista una pequeña pila de cartones.

- Buena respuesta -dijo tumbado, no le importaba demasiado que se rompiera el banco- estamos en paz.

Se levantó de un salto para acercarse más a la chica. No dijo nada. Según avanzaban sus pasos hacía otras acciones como chasquear los dedos para hacer desaparecer las gafas de sol o hacer desvanecerse de una vez el bastón que aún seguía con él.

Cuando estuvo cerca, la miró fijamente a los ojos con la misma mirada que procedería a un hechizo manipulador de mentes. Pese a ello, murmuró unas suaves palabras haciéndole creer que era un hechizo sólo para ver su reacción.

Su ego prefería quedarse plantado y recibir cristalazos antes que perder su -supeustamente- elegante imagen apartándose. Tras recibir los impactos no hizo más que sacudirse ligeramente para apartar los pedazos...ya le robaría a su hermana algunos hechizos de curación si se diera el caso.

- Así que la gatita se ha enfadado... -sus ojos brillaron suavemente, señal de que SÍ iba a usar magia de verdad- aunque me decían que no debía pegar a las damas, menos mal que eres una estudiante y no una dama -dijo sarcástico.

Su primer movimiento fue como un ataque reflejo, los cristales que había recibido, según él, de Trece fueron contra ella de nuevo. Argumentó que la materia deseaba volver a su origen.

[OFF: siento la ausencia DDD: no pondré ninguna excusa, se me olvidó TTTT.TTTT lo siento mucho, de verdad >.<U ]

Me había quedado de pie al lado de la chica, algo extrañada por su reacción. ¿Tal vez había dicho algo que le molestara? Llegó otro chico, quien me pareció que intentaba provocarla. Me retiré un poco ya que no quería meterme en ningún conflicto, cuando de repente se reventó el cristal, y literalmente. Gracias a mis reflejos me agaché y me protegí la cabeza un segundo antes de que unos cuantos trozos de vidrio se estamparan contra esta.
Cuando me pareció que ya habían caído todos los cristales, fui retirando mis manos lentamente de mi cabeza, temblorosas, las miré, algunos cristales las habían rozado y tenían algún rastro de sangre. Por suerte no parecía que tuviera ninguna herida más, pues la propia ropa me había protegido de más tajadas.

- S-si... Gracias. - dije mientras me volvía a levantar y expulsava los cristalitos de mi falda. Me preguntava que debía haver pasado, pero había otra cosa que me preocupava más. Aquella chica era distante, como si hubiera vivido siempre metida dentro de un caparazón... Y por alguna razón, quería que se abriese un poco más y no estuviera sola aquí, en el Sanctus Infinitio. Así que me acerqué a ella y esbocé una sonrisa. Tal vez fuera en vano y tan solo sirviera para que se cerrase más, pero debía intentarlo. - ¿Puedo preguntar por tu nombre?

{Gomenasai xDU}

De forma momentánea, se preocupó por aquella chica que parecía de origen húngaro. La sensación se desvaneció pronto, pero aún le quedaba una duda latente en su interior...¿quién era realmente la chica rubia?

- Una muy buena pregunta, muñequita -dijo mirando atentamente a la húngara y tomó aire antes de seguir hablando, para cuando miró al techo- aunque a decir verdad, creo que ninguno conoce a los otros dos inquilinos...¿me equivoco?

No sabía si presentarse primero o ceder la iniciativa a the white rose, como empezó a pensar en apodarla en honor a unos escritos que anunciaban una guerra entre hermanos de flor blanca y roja. Si leía libros era para fardar de cultura.

[Si, si, claro, ya os vale, me abandonais ;AAA; ....Lol, no pasa nada *A*]

Asintió con la cabeza, sin contestar un "Me alegro" como se haría en esos casos. No, Trece mentiría si dijese que se alegraba de que estuviese bien. Aunque tampoco quería especialmente que estuviese mal. Por el momento. Se llevó una mano a la mejilla, limpiando el fino hilo de sangre que caía, alejándose un par de pasos cuando la chica se acercó. Oh, ¿intentaba hacerse la comprensiva?. Entrecerró ligeramente los ojos, pero fue su único gesto. Al momento, volvió a su misma expresión de siempre

-Puedes -.No le apetecía pensar demasiado en uno de sus motes, asi que se decidió por el de siempre. Podía haberse callado, pues ya había contestado a la pregunta de la chica, pero decidió hacer un esfuerzo. -Trece

Se miró la mano, ahora un tanto roja por la sangre de la mejilla. Hmpf, había tenido heridas peores. De nuevo, pasó a observar atentamente a los dos allí presentes, casi sin pestañear, encogiéndose de hombros a la pregunta del chico. No, ella no conocía a nadie en ese sitio.

La miré fijamente, había reculado unos pasos pero no parecía haberse enfadado ni nada, lo que me alivió.

- Mi nombre es Hel. - segundos después caí en la cuenta de que nadie me había preguntado, pero lo dicho dicho está.

Una cosa irrumpió en mi campo visual. Dejé de mirarla a los ojos para observar la herida que tenía en la mejilla. Alcé la mano poco a poco hasta sostener un dedo cerca de su pómulo. Reseguí por el aire la herida, sin llegar a tocarla, murmurando un conjuro, con intención de curarla:

- Cura gratia jovis.

Tras la introducción de Trece y de Hel vio necesaria su propia
presentación, ya había quedado en una imagen bastante cuestionable al no
haberse presentado siguiendo sus auto impuestas normas de etiqueta.
Hizo una reverencia como era clásico en sí y se introdujo.

- Mi identidad en este mundo es Korian Darkkenot, de segundo año -dijo acostumbrado a la numeración jerárquica del inframundo- encantado de poder conversar con tan bellas señoritas -hizo un guiño a ambas.

Observaba
con atención a la chica tímida. Estimó que estaba a su mismo nivel, al
contrario que Trece, pero no recordaba haber escuchado sobre hechizos de
curación...menos a su hermanita Alicia, pero ésta era una blancomante.
¿Quizás se encontraba cara a cara con una adversaria? No, si fuera así
no hubiera regenerado a un enemigo...¿se conocerían de antes e irían a
por él?

- Interesante habilidad. Admito añorar esos trucos en la negromancia.

La chica se apartó bruscamente mientras la curaba, aun que el hechizo ya estaba conjurado. En ese mismo instante, entró un cuervo negro como el tizón por la ventana a velocidad descomunal, que impactó contra mi haciéndome recular unos pasos y dándome un golpe en el estómago. Sin dejarlo caer, lo cogí cuidadosamente y lo dejé en el borde de la ventana de nuevo, para que pudiera volver a echar a volar. Me giré para escuchar la presentación del chico que estaba allí. Por su apellido, sus palabras y su uniforme, pude adivinar que era un mago negro, al igual que Trece, quién preguntó sobre la negromancia.

- No, la verdad es que soy maga blanca.. - dije sonriendo pero algo preocupada por la reacción que pudieran tener.

Definitivamente y dada su reacción al ser cuestionada por las habilidades necromantes, no era capaz de defenderse...o no éramos sus objetivos, simplemente. Quizás el origen de toda aquella discusión fue su propio bando oscuro y los blancos sólo se defendieron en un principio...pero lo importante era que ahora había una supuesta tregua.

Dada la reacción de Trece, estaba claro que no eran aliadas...ese grado de desconfianza era un factor clave. Ahora, ¿sería ella quien se desatase o harían finalmente una tregua por confiar menos en el hijo de Hades?

- [Si su rostro vuelve a ser neutral significa que quiere analizarnos...¡anda, las clases del pelopincho sirven!] -pensó con detenimiento- [a lo mejor es un poco pronto para examinar su mente, pero estaré preparado.]

Por experiencias anteriores, podía saber bien cuando alguien decía algo que no sentía. Y a parte de por eso, también a causa del tono en el que había dicho esas primeras palabras. No podía fiarme de su amabilidad justo por eso, y por que yo era lo que era.

- No me gustan los estereotipos. - dije algo más seria. - No he tenido ningún problema con ningún mago negro que recuerde... Bueno, he conocido alguno, pero eso es un caso a parte. - murmuré recordando cosas de mi infancia y rascándome la frente. - Yo estoy especializada en la velocidad y la fuerza, como la lucha cuerpo a cuerpo, por que, como todo mago blanco, se me dan más bien los hechizos curativo que los ofensivos.

{Eres de Vocaloid, Trece? xDU}

Había empezado a mirar por la ventana para descubrir el origen de aquel cuervo que había salido de la nada cuando oyó una alusión por parte de Trece. Se giró con un sentimiento de poder y superioridad y empezó a contar algunas de sus habilidades de segundo año.

- Si, bastantes más de las que esperaba dominar a estas alturas para serte sincero -realmente no exageraba. Aunque normalmente fuera borde y creído, cuando estaba serio podía ser otro- dependiendo de la especialidad del mago su magia progresará de una forma u otra. Pero puedo combatir con soltura -la observó. Meditó brevemente sobre la pregunta- eres de primer año, ¿me equivoco?

La respuesta de Hel destacaba su hostilidad a la vez que su miedo por ser atacada. Definitivamente no se trataba de un enemigo, pero tampoco era razón suficiente para bajar la guardia...ya tuvo experiencias contra dobles personalidades. Aunque sí guardó su bastón rojo para otra ocasión.

[¿Siiii? O eso creo. Vamos, me gusta e.e xD. ...¿Por? *-*]

-Entiendo, me alegra entonces que no tengas el mismo concepto de nosotros que... Que todo el mundo -.Puso cara de circunstancias, bajando la mirada y pasándose una mano por el pelo para recolocarlo, como si le afectase el que los demás le odiasen. El sentimiento desde luego era mutuo. La información que Hel le proporcióno fue útil, pues ya sabía que en esos aspectos no podría superarla y por lo tanto era mejor buscar una manera de contrarrestrarlos. Cuerpo a cuerpo. Tsk. -Vaya, eso es realmente asombroso, y útil desde luego. Es....como un completo. Sanas, pero eres capaz de atacar también.

Asintió con la cabeza y seguidamente volvió la vista a Korian -¿Significa eso que eres más diestro en la magia como tal que combatiendo? -.O al menos su comentario le había hecho pensar eso. Cogió un mechón de pelo, retorciéndolo un poco, pensativa, mientras se apoyaba cerca de la ventana rota por la que seguía entrando la lluvia.

-¡Ah! S-si, yo soy de primero y...¿cómo lo has sabido? ¿se nota demasiado? -.Hizo una pequeña mueca de disgusto, como si eso pudiese molestarla.

Esperé para ver su reacción, cuando vi que no era violenta me quedé mucho más tranquila, así que en respuesta a su comentario sonreí y asentí calmadamente.
Me giré para observar al chico identidad del cual era Korian y lo analizó, algo que solía hacer bastante a menudo últimamente. "Parece solo un niño de alta clase, mimado, y que se tiene algo creído su valor" pensé, "intenta hacerse el cortés." añadí. Después de haber reflexionado sobre eso, mi sentido de la justicia y orgullo me obligaban a querer darle un escarmiento. Me daba igual si era mago negro o mago blanco, ni que hubiera sido un chimpancé, no pude evitar ponerme en defensiva.

- Realmente puedes ser bueno, o incluso excelente en algo... - empecé a decir. - Pero eso no es lo único que importa en la magia. Si realmente quieres dominarla debes madurar; si no, ella te dominará a ti. - mi expresión se tornó absolutamente seria en ese instante, mientras me cruzaba de brazos.

[¿Conoces un foro llamado Vocaloid Fans? owo]

Encajó como pudo aquello de "que combatiendo", su típica prepotencia le dejaba poco margen para no defenderse ante aquel comentario. Pero si parecía conflictivo estaría en desventaja ante una alianza entre magias...por muy diestro que se considerase, era un amgo negro contra una maga negra y otra blanca, un equilibrio tenaz y mortal.

- Sí, aunque si te viera como una verdadera adversaria hubiera desenvainado las armas y no hubiera andado con rodeos -dijo en referencia al jueguecito de los cristales.

- Cuando estuve en mi primer año yo también admiraba a los que estaban en cursos superiores al mío -dijo nostálgico, cuando puso el primer pie en el gran Sanctum. Cuando admiraba a alguien o a lago, lo reconocía y demostraba- por eso supe que eras una novata...

Definitivamente sus creencias eran fundadas. Aquella maga blancomante, que hasta entonces se había hecho la buena e inocente, empezó a arremeter contra Korian en plano mental y físico. Aquellos que conocen las habilidades de los que son como el nigromante tienen un dicho: piensa poco, actúa mucho.

- Esta chica no se anda con chiquitas...intenta hacerse la sensible, como todo blancomante, pero en el fondo puede ser muy peligrosa. No le quitaré ojo de encima -meditó, entonces escuchó el comentario, soltó una carcajada y contestó- ya no estoy en primer ciclo, así que no me vengas con los cuentos que les sueltan a los iniciados. "La magia es madurez", "debéis ser responsables"...

[Humm...he visitado algunos pero creo que ese no xD]


Al escuchar el comentario de Hel no pudo evitar alzar la cabeza para mirar al techo. O eso es lo que desde fuera parecía, pues en verdad estaba mirando más bien otra cosa. Una sombra imperceptible que estaba permanentemente encima de Trece. Esa vez se hizo algo más visible, dejando ver una especie de sonrisa, a lo que la muchacha contestó con otra. Fue un par de segundos e inmediatamente después volvió la vista a Korian

-Ah, ¿Es que tú eres un adversario? . Vaya, nunca lo hubiera imaginado... -.Recordemos que Trece no había hecho absolutamente ningún movimiento y mucho menos ningún hechizo. Llevó una mano a la ventana, dejando que la lluvia le mojase mientras intentaba imaginar a ese chico tan orgulloso y prepotente admirando a alguien. Huh... -Ah, claro, me viste admirando el templo como si nunca hubiera estado antes y....Entiendo, ese fue mi error

Alzó las comisuras de los labios mientras desviaba la mirada hacia Hel, ladeando ligeramente la cabeza. Estaba seria. ¿Por que? . Acaso.... -¿Lo dices por experiencia propia? ¿Conoces a alguien a quien le pasó eso? -.Se quedó expectante, a la espera de recibir más información.

Me llevé la mano a la frente, en posición de resignación. Prepotente y testarudo. pensé.

- Si crees que todos los magos blancos somos buenos, estás muy equivocado. - Pero que mucho. Y conocía bastantes ejemplos de Magos blancos que no eran precisamente santos. - Sin embargo, yo no pretendo hacer daño a nadie si no lo merece por alguna pesante razón y tan solo si es estrictamete necesario. - miré a Trece pensando en la pregunta que me había dicho y en cómo responderla, volví a mirar a Korian con ojos acusadores, y dirigí mi atención a la chica de nuevo. - No es eso exactamente, pero algo parecido. Esa actitud inmadura puede llevarle a una guerra de la que puede que no vuelva hasta de aquí a 10 años o más.

Volví a dirigirme al chico. Debería haberme calmado y agitado la mano para quitarle importancia al asunto, pero realmente me recordava tanto, tanto, que lo detestava.

- ¿Sí? Pues justamente eso es lo que pareces tú. Un iniciado. Y si no entiendes lo que explico, seguirás siéndolo. Así que no creas que haciendo lo que te dé la gana en la vida llegarás a ser más fuerte que nadie, por que me apuesto lo que quieras a que podría tumbarte aquí y ahora. - todo aquello empezava a sacarme de quicio, y no sabía por qué.