Siguiendo la rutina...

Sonreí cuando Arthur contestó a la pregunta de la chica, me alegraba ver que no le ocultaba nuestra relación a su hermana.

- Hahaha bueno, pero es tu hermana, ya ha dicho que no dirá nada -dije pasándole el brazo a Arthur sobre su hombro- Y si se le escapa algo siempre podemos acusarla de brujería y hacer que la queme... ah no, espera, que eso ya no se hace.

Bueno, puede que quemar no, pero si alguien, fuera esa niña o cualquier otro, se atreviera a irse de la lengua, se las tendría que ver conmigo. No es que a mi me importe lo que me digan una panda de profesores cara-de-palo o un director chulito, pero creo que si los superiores de Arthur se enteran de nuestra pequeña aventura lo pasará bastante mal...

- De todas formas... no habrá un próximo pilladón, seremos más cuidadosos. No me gustaría que te pasara algo malo por mi culpa.

Me quedé de piedra cuando Arthur me contestó.No era propio de él saltarse las normas,debe ser eso que dicen de que el amor es ciego...

Escuchaba las tonterías que decía Alfred,aunque parezca un poco tonto me daba la sensación de que podía llegar a ser peligroso si le pillase enfadado,así que sería mejor no enfadarle ni a él ni a Arthur,y callarme y no decir nada,aunque eso ya lo tenía pensado de antes.

-...Bueno,será mejor que me vaya al aula de primero,la clase no creo que tarde mucho en empezar...-dije sacando otro tema de conversación.

Me despedí de Arthur y de Alfred y salí del aula callada,aunque seguía confusa por todo lo que había pasado.

Mientras me dirigía hacia el aula pensaba sobre ellos y en las de líos en los que se podrían meter si alguien los pillase...no quería que Arthur tuviese problemas con el director y los profesores por aquel chico al que acababa de conocer,estaba dispuesta a ayudarle en lo que hiciese falta,aunque estaba segura de que no sería nada fácil.

Asentí cuando mi hermana dijo que se iba, suspiré y cerré la puerta.
Consulté el reloj que llevaba puesto en mi muñeca y pude comprobar que quedaban escasos minutos para que la clase comenzase.
Me dirigí una vez más a mi escritorio y tomé los libros que anteriormente había dejado sobre él.

- Me temo que tengo que irme... - dije con cierto tono de tristeza.

Antes de encaminarme a abrir la puerta de nuevo le di un pequeño beso en los labios.

- D-después... ¿Tienes clase o hora libre? Q-quizás podríamos ir a dar un paseo o algo así... - dije desviando la mirada.

Sonreí cuando la niña dijo que se iba a ir, ¡por fin la intimidad volvía a nosotros! Ahora podríamos continuar por donde lo habíamos dejado.
Pero cuando me disponía a retomarlo, cogió sus libros y me dijo que tenía que irse.

- ¿Eh? ¿Ya...? -dije desanimado- Para un rato que tenemos... y tenía que venir esa niña.

Desvié la mirada algo enfurruñado, pero él vino hacia mi y me dio un beso. En ese momento dejé de estar molesto, me conformaba con aquel pequeño beso. Le miré sonriente, y amplié mi sonrisa cuando me propuso ir a dar un paseo después.

- Oh, no se si tengo clase, la verdad... debería de preguntarle a mi hermano, él es el pringado que se memoriza el horario -dije haciéndome el interesante- pero de todas maneras no importa, ninguna clase es mas importante que tú.

Bah, ¿a quién le importaban las clases? Solo son un entretenimiento para mi, un mero pasatiempo, ni si quiera me las tomaba en serio. Esto era mucho más interesante que ir a una aburrida clase.

- Entonces... luego nos vemos , ¿vale?

Me ruboricé bastante al saber que me daba tanta importancia, aquello conseguía hacerme bastante feliz.
No pude evitar que una sonrisa tonta se dibujara en mis labios.

- Está bien, cuando termine con los de 1º te espero en las afueras.

Una vez pronunciadas aquellas palabras volví a coger los libros que dejé con anterioridad sobre la mesa y me encaminé hacia la puerta, le sonreí una vez más y me marché de la clase, camino a soportar a unos novatos en esto de la magia.