Siguiendo la rutina...

Varios rayos de sol se filtraban por mi ventana impactando contra mi cara lo cual me molestaba e hizo que abriese mis ojos.
Aquel clima que había en el instituto me hacía totalmente añorar la lluvia de mi país. Sonreí de medio lado y me incorporé en la cama, quedando sentado. Recorrí con la vista cada espacio de la habitación clavando la vista en el traje que llevaba la noche anterior y me hizo recordar todo lo acontecido, una sonrisa se empeñaba en dibujarse en mis labios, sin embargo no quería que se me notase demasiado, debía mantener la seriedad como profesor, y más sabiendo que él se encontraría en esa misma clase... Aquello me aterrorizaba.

Me levanté, me aseé y me vestí, preparado para la nueva rutina, suspirando salí de la habitación y me dirigí a la clase de segundo ciclo, cuando entré en la clase intenté mantener la seriedad y dejé los libros sobre la mesa.

- Buenos días. - dije seriamente.

Sin embargo mi caprichosa vista se clavó en él... La aparté tan rápidamente como me di cuenta y carraspeé.

- Bien... Comencemos con la lección de hoy. - dije conforme me sentaba en la silla.

Me levanté algo tarde, como siempre, pero con mucha energía. Desde primera hora de la mañana ya tenía una sonrisa radiante en mi rostro.
No tardé en prepararme para ir a clase. Salí de mi cuarto y entré de golpe al de mi hermano, dando voces. El muy gandul estaba despierto, si, pero sin arreglar y tirado en la cama. Hoy de nuevo pensaba quedarse encerrado en su cuarto sin ir a clase. Le obligué a vestirse y le llevé a rastras corriendo por los pasillos para no llegar tarde. A veces tengo la sensación de que mi hermano es como un muñeco vacío, que poco se parece a mi...

Llegamos a clase justo a tiempo. Me senté en mi sitio y le dediqué una enorme sonrisa a mi profe preferido. Se le veía serio, que mal, con lo guapo que estaba ayer cuando sonreía...

- ¡Eh, profe! ¿A qué se debe esa seriedad?

Abrí la página por donde nos habíamos quedado con anterioridad y antes de que pudiera articular una palabra, la voz de uno de los alumnos me sacó de mis pensamientos e hizo olvidar lo que iba a decir.
Alcé la vista para ver de quien se trataba, y como creí era él, le miré intentando se indiferente y manteniendo la seriedad.

- Jones, no olvidé usted en que lugar está, estamos en clase y necesito silencio para dar la materia.

Bajé la mirada al libro intentando concentrarme en aquellos párrafos y dar clase, no quería que todo se fuera a pique por culpa de aquel alumno que no me veía como a un profesor...

Inflé los mofletes ante su respuesta, estaba molesto por esa seriedad que mostraba, y a la vez algo triste. No me cabía en la cabeza que ahora tuviera esa actitud tan indiferente conmigo.

- Si, profe, lo siento -dije cruzándome de brazos y mirando hacia la ventana.

Iba a tomar su ejemplo, intentaría comportarme indiferentemente con él. Estuve buen rato observando el paisaje a través de la ventana, evitando mirarle a él, pero al final inevitablemente tuve que mirarle. Al principio le miré con los mofletes inflados, mostrando mi desagrado hacia su actitud.
Como ya me aburría de tener esa cara, cambié de estrategia y comencé a mandarle miradas y sonrisas seductoras mientras intentaba dar clase.

Por fin podía dar clase tranquilamente, de vez en cuando inconscientemente se me iba la mirada a Alfred e intentaba rectificar aquel estúpido impulso que surgía de mi subconsciente. Al menos solo miraba por la ventana, me molestaba que no me estuviera prestando atención, pero quizás es que se había molestado por lo que le había dicho y la actitud tan fría que tenía con el en aquellos momentos, pero debía comportarme de manera profesional.

Seguí con mi explicación hasta que noté como me lanzaba miradas picaras y sonrisas seductoras. Intenté no darle demasiada importancia, pero no me daba cuenta de que mis mejillas se estaban tornando rojas, quizás ese era su propósito y era lo que quería.
Miré el reloj, quedaban cinco minutos de clase y yo ya estaba completamente nervioso. Así que decidí finalizarla antes de tiempo.

- Aquí termina la clase de hoy. - dije carraspeando y mirando hacia el escritorio una vez más. - Miraos las páginas siguientes para mañana. - añadí conforme la gente se marchaba.

Me senté de nuevo frente al escritorio suspirando y cerrando los libros, recogiéndolo todo.

Me divertía ver como cada vez sus mejillas tomaban más color y se iba poniendo nervioso. Conforme él se ruborizaba, mi sonrisa iba en aumento. Creo que aquella había sido la clase más divertida que había dado en mi vida.
La clase finalizó con un poco de tiempo de antelación. Comencé a recoger mis cosas lentamente, para salir el último de clase. Tuve la suerte de que mi hermano se fuera sin decir ni una palabra, mejor, así no me tocaría darle explicaciones. Cuando todos mis compañeros salieron ya, me dirigí a la mesa de Arthur y me apoyé en ella.

- Bueno, profe, dime que ahora no vas a estar tan serio -dije con una sonrisa pícara.

Terminé de recoger todo lo que había sobre mi mesa y tal y como imaginé todos se terminaron por irse excepto quien creía que se iba a quedar por motivos no académicos. Cogí uno de los libros y le di un pequeño golpe en la cabeza.

- ¿Has olvidado dónde estás? - dije completamente ruborizado. - Durante las clases soy tu profesor, no tu n-novio...

Aquella última palabra costaba que saliese de mis labios, y no entendía por qué.

- Además ahora tengo clase con los del primer ciclo, así que no puedes quedarte, ve a hacer otra cosa...

Dejé los libros a un lado y me levanté del asiento, no sé que era peor, si aguantar a aquel chico que olvidaba que nuestra relación se trataba de una prohibición o aguantar a un montón de incompetentes magos de 16 años que no tardarían en llegar al aula.

Solté una pequeña carcajada cuando me golpeó con un libro y vi su cara completamente roja.
Me acerqué más a él en cuanto pronunció la palabra novio, sonriendo pícaramente.

- Comprendo, intentaré comportarme... aunque me guste demasiado ver tu cara ruborizada.

Me apoyé en la mesa y salté hacia el otro lado, quedando justo a su lado. Le puse una mano en la mejilla, acariciándola suavemente.

- Bueno, pero supongo que nos da tiempo para darnos un beso... ¿no?

Me acerqué a sus labios y le besé, poniendo la otra mano en su cadera y atrayéndole más hacia mí.

Me dirigí a una estantería y cogí un par de libros que pertenecían al primer ciclo, al oír el impacto de un salto me di la vuelta y Alfred estaba a mi lado, me acarició con suavidad la cara y me preguntó si había tiempo para un solo beso, bajé la mirada y completamente ruborizado, cerré los ojos. Cuando sus labios se encontraron con los míos y noté como me agarraba de la cintura acercándome más a él, agarré con la mano en la que no tenía ningún libro su camisa y continué el beso, realmente me gustaba el sabor de sus labios y aquella sensación, me gustaba estar junto a él, cada vez notaba la necesidad de estar más cerca.

Me separé, le miré ruborizado y puse los libros sobre la mesa, volví a girarme a él y le rodeé el cuello con los brazos, tímidamente acercándome a sus labios y volviéndole a besar. Sin darme cuenta cada vez ejercía más fuerza contra su cuello, quería que el reloj se detuviese, estar de aquella manera para siempre...

Me levanté con la cama con algo de pereza,estaba demasiado bien durmiendo,pero tenía que prepararme para la clase.

Me vestí y me preparé,cogí el libro y me encaminé hacia clase,algo nerviosa,tener a tu hermano de profesor es algo raro,supongo que es cuestion de acostumbrarse.

Quería ver a Arthur dando clase a los de segundo grado,con suerte quizá cuando llegase todavía estarían dando clase,así que cambié mi ruta un poco,haía tiempo de sobra.
Me dirigí hacia el aula de segundo,cuando ví a los alumnos salir de allí,parece ser que llegué tarde,aún así fui hacia la puerta y la abrí suavemente para saludarle.

-Good morning Arthuuuu...r...-dije sonriente hasta que vi algo que no me esperaba ver...era Arthur...con otro chico...b-b-besándose...

Mi libro se cayó al suelo mientras mi cara se enrojecía y me quedaba en shock ante la escenita,vaya situación más inesperada...nunca me imaginé que Arthur tendrían esos gustos...

Cuando se separó de mi, pensé que me regañaría por hacer algo tan arriesgado. Sin embargo, solo puso los libros sobre la mesa y volvió a besarme. Le abracé con fuerza mientras le besaba, cada vez con más intensidad. Por un momento llegué a olvidarme del lugar donde estábamos.

Entonces oí como la puerta se abría de golpe. Me separé de él y miré hacia la puerta, observando a una niña con cara de pasmada.
Con toda la tranquilidad del mundo, me dirigí hacia la puerta, le sonreí a aquella niña y la cerré sin decir ni una palabra.

- Si dice algo, diremos que está loca -dije girándome hacia Arthur- Bueno, ¿por dónde íbamos...?

El sonido de la puerta abriéndose hizo que me sobresaltara y mi corazón diese un vuelco. Me separé rápidamente como si aquello no fuese lo que parecía. Miré hacía la puerta para desear de que no se tratase del director...
Pero no sé que fue peor, por un momento hubiera preferido que hubiera sido el director. Al otro lado de la puerta se encontraba... mi hermana. Y seguramente lo había visto todo.

Me llevé las manos a la cara, avergonzado de la situación, debía haber sido más cuidadoso sin embargo no me di cuenta, me dejé llevar por mis emociones.
Alfred se alejó de mi lado y se dirigió a la puerta, cerrándola. Después se giró con la intención de seguir con lo que estábamos haciendo, sin embargo, ya había conseguido avergonzarme demasiado.

- Conozco a esa chica... Será mejor que hable con ella.

Me dirigí a la puerta y la abrí.

- J-Jennifer, ¿qué pasa que no estás en las a-aulas de primero?

Seguía en shock cuando me despertó de él un fuerte portazo que dio el chico con el que estaba Arthur.

Quería salir corriendo de allí lo más rápido posible pero la puerta se volvió a abrir y vi a Arthur.Sus mejillas estaban sonrojadas y parecía nervioso,se debió sorprender al verme.

-A-Ah pu-pues nada en especial...-le contesté nerviosa.

No valía la pena decir que fui a verle,eso solo complicaría las cosas ya que el otro chico nos estaba mirando.

-Y-Yo emm...quería...investigar esta parte del instituto-volví a hablar con una risa tonta,intentando inventarme una excusa-pero será mejor que me vaya...-añadí,cogiendo el libro que se me había caído segundos antes.

Miré hacia adentro y me decidí a salir al exterior y cerrar la puerta tras de mí.
Nervioso, la miré, no me acababa de convencer la escusa que me había puesto. Y temía por si había visto algo.

- P-pero aún así, deberías e-estar en la primera planta... Sigo sin entender p-por que te ha dado por venir por aquí y-y es más... Por qué has entrado en este a-aula...

Me acerqué a ella y le susurré para que nadie más oyese nada.

- ¿Q-qué has visto? - dije nervioso, deseando que no hubiera visto la escena anterior.

Algo me empezó a oler mal cuando dijo que conocía a esa chica. Le miré con el ceño fruncido mientras comenzaba a hablar con esa chica, pero mi indignación creció cuando salió fuera y cerró la puerta.
No iba a permitir que esa niña interrumpiera este breve momento que teníamos antes de que Arthur tuviera que dar clase de nuevo. Así que me dirigí a la puerta y la abrí, me mosqueé bastante cuando vi que Arthur estaba muy cerca de ella susurrándole algo.

- Oye, niña, piérdete y deja de molestar a Arthur, que está muy ocupado -dije con una sonrisa burlona.

Estaba metida en un lío de narices,no quería decirle que había venido a verle dar clase,pero tampoco sabía que decirle en ese momento.
De repente se acercó a mi oído,preguntándome que había visto.
¿Y ahora qué haría? No iba a decirle que le vi besándose con un chico,quizá lo mejor era hacerme la tonta,así le causaría menos problemas,de todas formas no iba a decir nada sobre lo que había visto.

Mientras intentaba pensar una excusa creíble,la puerta del aula se abrió y sentí un aura negra en el ambiente,era el chico de antes,que parecía furioso.

De cerca me pude fijar mejor en él,era guapo,pero su cara de envidia hacía que me diese un poco de miedo mirarle directamente a los ojos.

Estaba muy enfadado,aunque no entendía muy bien por qué,estaba hecha un lío.

- L-Lo siento-le dije nerviosa al chico,desviando la mirada,en realidad no sabía que decirle para que me dejara de mirar así.

Mientras esperaba su respuesta la puerta se abrió de nuevo.
Me di la vuelta y vi a Alfred con cara de enfado. Contestó a Jen de mala manera, ella se disculpó y bajó la mirada con cara triste.

- Vamos, no seas así... - le dije a Alfred con el ceño fruncido. - No me gustaría que os llevaseis mal.

Y así era, no me apetecía pensar que esos dos ahora iban a llevarse mal por un estúpido malentendido.
Miré a mi alrededor y vi como la gente en los pasillos empezaba a aumentar.

- Mejor entremos un momento y dejemos las cosas claras. - dije invitándoles a entrar - No quiero que se monte un escándalo en medio del pasillo, ¿entendido? - añadí con tono de autoridad.

Aquella niña se disculpó, ahora esperaba que se fuera y que Arthur y yo continuáramos con lo nuestro. Pero no fue así, Arthur nos invitó a entrar a clase, a los dos. ¿Cómo se supone que íbamos a seguir con aquello en presencia de esa niña?

- Pero, pero... -intenté oponerme- Bueno, pero ella se va enseguida, ¿eh?

Con el ceño fruncido y de mala gana entré a clase, a ver qué quería aclarar con respecto a aquella chica.

Vale, aquello no arreglaba nada, Alfred estaba enfadado. Lancé un suspiro al aire y cerré la puerta tras de mí.

- Bueno, esto no es una buena manera de que os conozcáis pero...

Miré a Alfred primero y después a Jen.

- Alfred, ella es mi hermana Jennifer, va a primero. - hice una pequeña pausa - Y Jen... Él es Alfred F. Jones.

Tras decir aquello desvié la mirada, seguía preocupado por si había visto algo... Que seguramente lo había visto, sabía que tratándose de mi hermana no cruzaría ni media palabra con otra persona, pero me avergonzaba que me hubiera pillado en un momento así y más con alguien de mi mismo sexo... Seguro que eso no se lo esperaba.

- Y me gustaría... Que os llevarais bien... - añadí desviando la mirada.

Me quedé bastante sorprendido cuando me dijo que era su hermana, jamás me lo hubiera imaginado, de hecho yo pensaba que ellos dos tenían un amorío secreto o algo así.

- A-ah, es tu hermana... haha -dije algo nervioso, ahora me daba cuenta de que mis celos carecían de fundamento- Nunca me lo hubiera imaginado... como no os pareceis... haha.

Y la verdad es que no se parecían mucho. Aún que bueno, quizás no todos los hermanos se tengan que parecer, será que yo estoy acostumbrado a ser idéntico al mío... excepto porque yo soy más guay y más "buenorro", claro.

Entramos en clase para solucionar todo el embrollo que se había formado,aunque el chico seguía molesto,parecía que no quería que estuviese allí,aunque lo veía normal,ya que les molesté...

Arthur nos presentó debidamente,el chico se llamaba Alfred,quizá podríamos llevarnos bien,no quiero caerle mal a la..."persona especial" de mi hermano.

-Encantada de conocerte -le dije con una pequeña sonrisa- es verdad que no nos parecemos mucho-añadí con una risa tonta,era normal,yo solo era su hermana adoptiva,aunque me gustaba pensar que de verdad era su hermana.

-De veras siento lo de antes,no quería...molestaros-volví a hablar,bajando la cabeza,quería disculpame a los dos por haberme saltado las normas y haber entrado así de repente,aunque claro,tampoco me esperaba ver lo que vi,aún así mi conciencia no estaba tranquila si no me disculpaba.

[Off: Perdón no haber contestado antes ;__; ]

Era cierto, no nos parecíamos, puesto que no eramos hermanos de sangre. Adopté a Jen cuando ella tenía 13 años, y la traté como a mi hermana, puesto a que ya era mayor de edad podía ser legalmente su tutor, y así lo hice, no quería dejarla en aquel orfanato conforme ninguna familia la aceptaba junto a ella.

- Bueno... Espero que este pequeño conflicto se haya solucionado.

Bajé la mirada, seguía preocupado por si ella había visto algo y me armé de valor para preguntárselo.

- Jen, ahora que estamos en confianza... - desvié la mirada levemente sonrojado - ¿H-has visto... algo?

Seguía avergonzado de la situación, pensar que me había pillado con otro chico en un momento tan íntimo.
Si en efecto había visto lo sucedido escasos minutos antes, sería la hora de sincerarme y dejarle claro que sí, estaba incumpliendo las normas al mantener una relación con un alumno, y lo más impactante, sí... Era con un chico.

Bueno, vale que me equivocara en pensar que aquella niña y Arthur tenían un lío, pero eso no quitaba el hecho de que nos interrumpió mientras estábamos aprovechando el tiempo que quedaba hasta que Arthur tuviera que comenzar la clase, y eso me fastidiaba bastante.

Arthur le preguntó que si había visto algo. Por favor, ¿acaso lo dudaba? Era obvio que nos había pillado, pero de pleno. Yo había visto con mis propios ojos su cara mientras "flipaba en colores" cuando nos vio besándonos.
También me molestaba el hecho de que ocultara nuestra relación. Se que va contra las normas, pero si es su hermana dudo que se chive al jefazo. Seguro que Arthur se avergüenza de estar conmigo.

- ¿Y qué si nos ha visto? -dije antes de que la chica pudiera contestar- Besarse no tiene nada de malo, no se de qué te preocupas tanto...

Arthur estaba avergonzado,se le notaba en la cara,sus mejillas estaban rojísimas,en cambio a Alfred parece que no le importaba mucho el "que dirán" ni le daba vergüenza reconocer que se había enamorado de alguien del mismo género.
Me sorprendía que Arthur se hubiese enamorado de alguien tan diferente a él,pero como dice el dicho "los polos opuestos se atraen"...

-¡T-Tranquilos! ¡No diré ni una palabra a nadie!-dije nerviosa.

Me quedé callada unos segundos pensando sobre la situación,y sin pensarlo les pregunté:

-Y...emm...¿d-desde cuándo...estais...juntos?

Sonaría muy cotilla pero me entró la curiosidad ya que no hace mucho que vinimos Arthur y yo al instituto y a los pocos días me entero de que tiene pareja,quizá fuese amor a primera vista,aunque lo dudo...

La situación seguía dándome una vergüenza horrible, primero por romper mi imagen de profesor que acata a la perfección las normas y segundo por que se trataba de alguien más joven que yo y era mucho más seguro que mi propia persona.

Miré a mi hermana ante su pregunta y bajé la mirada conforme me disponía a responderla.

- D-desde ayer...

Sé que sonaba precipitado, solo llevábamos un día juntos y sin discreción alguna ya habíamos sido pillados, si por lo demás fuera así de fácil no tardaríamos demasiado en ser pillados por algún otro profesor o el propio director.

- Suena irónico, un solo día y ya nos han pillado - añadí con una risa tonta acompañada de un suspiro.