Bajo el infinito techo estelar [Emily~]

Mi corazón se aceleraba. Era inevitable: sólo estadno a su lado podía sentir la furia del rayo dentro de su pecho. Intentaba negar la relaidad, usar su control mental sobre sí mismo para deshacer aquel embrujo...pero nada. Él ya sospechaba lo que el futuro le estaba deparando, como en tantas novelas donde siempre hay amores confusos.

- [Agh...y encima como se entere Alicia empezará con lo de "a Korian le gusta una chica", como si no la conociera.]

Sin darse cuenta habían llegado al observatorio. Su cara volvió a iluminarse como una gran estrella en mitad del firmamento, empezaba a hacer sombra a los cuerpos celestes. No se podía creer que estuviera tan tonto y atolondrado con otra persona, cuando siempre hubo sido frío, calculador y distante. Pensaba que así iba a ser el orgullo de su padre...pero ahora estaba descontrolado.

Caminando en silencio,lleguemos a un observatorio,me quede un buen rato mirando al cielo,esto era nuevo para mí,en mi ciudad todas las luces tapaban el cielo y no se veían las estrellas. "A ver,te despiertas,so burra? ¡Estás con el chico de tus sueños!"
-Esto...¿Por qué esto está tan silencioso? Agh,me siento incómoda -Dije con tono grosero-
¿Por qué me comporté así? Creo que si me pongo a pensar bien podré responderme a mi misma esa pregunta.
-Echo de menos a mis gatos.
WTF? ¿Estoy tan desesperada por poder hablar con él?

(Wtf, sorry D:U
No me llegó el email de actualización .w.U)

Se sobresaltó más todavía al oír la voz de Emily, como si un coro celestial resonara a sus espaldas. Intentó ocultar en vano su nuevo efecto faro...pero si no se daba la vuelta la ofendería.

- Estarán intentando recomponerse de la "echada" colectiva...aunque este sitio nunca estuvo de moda precisamente [y por eso es perfecto p...CONTRÓLATE, TÍO] -consiguió normalizar su tono de voz un poco. Pese a ello, su cara delataba que le pasaba algo.

Por casualidades del destino vio de reojo un pergamino abierto. Era muy distinto a los planos estelares caóticos y mitológicos que solía observar en el primer año...¿aquella no era la estrella de Cupido?

- [Jaja, seguro que es de mi querida hermanita...] -más tarde empezaría a preguntar, por ahora no quería quedar como un lunático.

-Supongo....-dije con melancolía-
Miré al cielo y observé,aunque pareciera increíble,se parecían a mis gatos,mis preciosos gatos negros con ojos brillantes.
-Echo tanto de menos a mis gatos que todas las estrellas me recuerdan a ellos...humm...menos esa,¿cual es esa? - pregunté señalando la estrella de Cupido-

Observó aquella estrella de extraño brillo rojizo que flotaba en medio del tapiz estelar. Notaba una ligera pérdida del sentido, pero no le hizo mucho caso...pensó que era otro efecto de aquel "amor lavacerebros".

- Esa es la estrella de...Cupido -hizo una pausa tras cortarse otra vez- dice la leyenda que quienes se besen cuando está en una posición concreta serán felices para siempre...chorradas de esas.

Cada vez se sentía más poseído por la influencia de aquella estrella -aunque no lo supiera-, hasta llegar al punto donde sus emociones tomaron control absoluto de su cuerpo y se lanzó a besar a Emily. Ahora sí, sus emociones estaban al límite y ya no era consciente de otra cosa que de sus sentimientos.

La estrella, por caprichos de Afrodita, estaba exactamente en la posición idónea para que se cumpliera el hechizo del amor.

Inmediatamente,noté a Korian descontrolarse e intenté calmarlo,cosa que fue imposible,ya que antes de calmarlo me besó,no sabía que hacer si separarme de él o que el beso siguiera. Pero no podía,sentía tanta vergüenza que me separé de el. Mi cara estaba roja y mi voz me temblaba:
-P-pero ¿t-tu estás mal? ¿Q-quien te a mandado que me beses? -sije tapándome la cara de la vergüenza-

Seguía bajo el control de sus sentimientos, pero empezó a tomar conciencia de aquella situación que desencadenó el joven Darkkenot. Todavía estaba muy controlado para responder a sus actos, pero su voz y su rostro ya le delataban.

- Te-tengo que confesar algo... -le empezó a temblar la voz como antes- y-yo te q-quier... [después de todo esto, creo que el destino lo quiere así. Me rindo.] Te quiero, Emily. Esa es la verdad.

Acto seguido, como decían las normas de etiqueta que Korian seguía a rajatabla por razones desconocidas, se arrodilló poniendo un puño en el suelo.

- Déjome guiar por tu intensa luz.