QUÉ HAMBRE, POR ZEUS [Chii~]

Alicia llevaba mucho tiempo sin probar bocado, cocnretamnete desde que un incidente hizo que el comedor de la zona blanca estuviera inactiva desde hace una semana. Los magos blancos tenían un permiso especial para ir a las afueras en bsuca de comida hasta que el comedor quedara restaurado, pero Alicia tenía miedo de ser atacada por un animal salvaje. No confiaba en el control de sus poderes.

- ¡COMIDA! -notó que estaba delante de un comedor- ¡Wiii! -no tenía energías para plantearse dónde se metía- ¿ves Yuji? ¡Te dije que había otro comedor!
- Hay algo en todo esto que me da mala espina -en momentos así Alicia se quejaría de su pesimismo, pero estaba absorta en la comida.

"Patrulla diaria". Que idea más estúpida por parte del consejo de alumnos. Y encima, de rebote, la primera soy yo. Viva. Ya me había paseado por todo el instituto, sin ver a nadie. Normal, a esas horas todos están en el patio o tranquilitos, descansando en sus cuartos: menos yo, claro.
Llegué al comedor cuando me pareció ver una sombra que acechaba las neveras. Me acerqué por detrás suyo, cuando vi que era una chica, y por lo visto, bastante hambrienta.

- Hum... ¿Hola? - dije mientras hacía "Toc toc" con el puño, como quien llama a una puerta, pero en su cabeza. - ¿Hay alguien ahí?

Dejó de comer para quedarse quieta. Estaba paralizada.

- Lo sabía, te dije que te ibas a meter en un lío.
- ¿Tú? ¿Qué vas a decir tú? -le gruñó. Entonces se dio la vuelta muuuy despacio- S-s-s-s-s...SOCORRO, UNA ALUMNA NEGRAAAAA.

Segundos después recuperó el control y empezó a recordar lo que sabía de magia blanca. Todo fuese por conseguir defenderse de sus enemigos, pensó. No supuso por un momento que pudiera ser una alumna -aunque sí que pudiera ser del primer año, ya que Alicia también parecía más joven.

- Tú sigue -replicó Yujinaku- ¡te van a castigar por usar magia!

Se giró a poco a poco para empezar a gritar socorro como una histérica.

- No tan rápido... - murmuré enfadada.

Después, me pareció que se preparaba para invocar un hechizo. Su aura expresaba un gran flujo de poder, no podía bajar la guardia. Saqué mi varita rápidamente y pronuncié:

- Intimum, transformo ad lapis. - susurré a máxima velocidad. - Subsisto.

Era un hechizo paralizador: provenía de la rama de los petrificadores, pero estaba invocado de tal manera de que no convirtiera a la persona en piedra, si no que solo la inmovilizase. Cuando se estuvo quietecita, me acerqué y di un golpe de puño flojo (un "coscorrón") en la cabeza, sonó un buen "CLONC".

- ¿Se puede saber que haces? - dije mirándola con mirada acusadora. - Para empezar eres una maga blanca, ¿por qué estás en la zona de magos negros? ¿y que haces robando comida a hurtadillas?

- ¡Ali! -gritó Yujinaku asustado. Aunque siempre se muestre antipático con ella es su única amiga- ¿estás bien? ¡Responde!
- Meeeh...reiniciando sistema... -murmuró (OFF: Alicia en realidad es la personificación de un software, en este caso Windows 98. Por eso ha dicho eso).

Todavía estaba débil por el hambre, así que no pudo hacer nada para evitar o deshacer aquel hechizo. Si no hubiera estado inmóvil hubiera caído por la poca energía de sus débiles piernas.

- Yo...la cocina de mi comedor está cerrada por obras -reflexionó sobre por qué estaba contando eso, pero casi que prefería no saber los demás hechizos de un mago negro- y ya llevaba una semana sin comer...en cuanto olí la comida me fui hacia ella sin fijarme dónde estaba -estaba medio-yandere, lo bastante para no llorar pero no bastante para atacar.

Me la miré de arriba a abajo fijamente. No sabía si fiarme de ella, la acababa de conocer,realmente podía ser una ladrona de comida. Finalmente, miré a sus ojos, parecía estar débil... Además, por ser amable una vez no iba a pasarme nada.
Me dirigí al frigorífico con una bolsa, cogí un trozo de queso, fuet y una manzana. Seguidamente fui hacia la panera, donde cogí primero un trozo de pan. Volteé la cabeza para mirarla; estaba muy delgada, así que decidí poner dos trozos de pan.
Volví hacia ella, deshice el hechizo y le entregué la bolsa.

- Si algo así pasa, avisa al menos a algún profesor, que para algo estamos.

- ¿Un profesor, si par...? ¡ALI! -intentó abrazarla, pero sin el hechizo cambiatamaños de Alicia le era imposible hacer más que aferrarse a su pañuelo- ¿Estás bien? Pareces más pálida que antes -si no fuera un robot estaría llorando a mares- ¿Alicia? ¿Alicia?

Lo primero que hizo fue dar a esa cajita un tamaño más adecuado, que no tardó en abrazarla como pudo con sus brazos de palo. Alicia esbozó una leve sonrisa, pero aún seguía teniendo miedo.

- [¿...esto es lo que aprenden los magos negros?] -resonaba en su mente inevitablemente- Gr-gr-gracias... -no se atrevía a coger la bolsa, pero Yuji la guardó en su interior- ¿q-qué enseña e-exacta...exactamente, si puede saberse?